viernes, 20 de octubre de 2017

Consejos de Don Quijote a Sancho Panza - Miguel de Cervantes y Saavedra



                        Miguel de Cervantes Saavedra

                      (1547-1616)

                            El Ingenioso Hidalgo

                          Don Quijote de la Mancha

                           (II Parte, Cap. XLII)


De los consejos que dio Don Quijote a Sancho Panza antes que fuese a gobernar a la insula,  con otras cosas bien consideradas.

"Mira, Sancho: si tomas por medio a la virtud, y si te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para que tener envidia a los que nacieron príncipes y señores; porque la sangre se hereda y la virtud se aquista*, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale".

"Hallen en ti mas compasión, las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico".

"Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre".

Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo".

"Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el pos de la dádiva, sino con el de la misericordia".

"Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de su injuria y ponlas en la verdad del caso".

"No te ciegue la pasión propia en la causa ajena: que los yerros que en ella hicieres, la más de las veces serán sin remedio; y si le tuvieren, será a costa de tu crédito y aún de tu hacienda".

"Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en los suspiros".

"Al que has de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio sin la añadidura de las malas razones".

"Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción considerale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstrate piadoso y clemente; porque aunque los atributos de Dios todos son iguales más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia".

"Si estos preceptos y estas reglas sigues, Sancho, serán luengos tus días, tu fama será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible, casarás a tus hijos como quisieres, títulos tendrán ellos y tus nietos, vivirás en paz y beneplácito de las gentes, y en los últimos pasos de la vida te alcanzará el de la muerte, en vejez suave y madura, y cerrarán tus ojos las tiernas y delicadas manos de tus terceros netezuelos"

"Esto que hasta aquí te he dicho son documentos que han de adornar tu alma; escucha ahora los que han de servir para adorno del cuerpo ..."

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